
Esto comenzó siendo un comentario en El blog de Perkins que se fue estirando y cobró vida propia. Gracias Perkins
por ayudarme a vencer la pereza de escribir una entrada.
Memorias de Africa es uno de los libros más hermosos que que
leído. Lo conservo, y cada tanto lo abro, donde se abra, y leo un capítulo.
Para mí tiene la frescura de una brisa de montaña. Es un relato del encuentro del europeo con el
africano en los primeros años de colonización, cuando Africa Oriental mantenía
aún la virginidad de su esencia.
La mirada de Blixen es una mirada respetuosa, que con el
tiempo se va haciendo enamorada. Ella escribe desde el exilio, de vuelta en su
fría Dinamarca, luego de haber fracasado en su intento de llevar adelante una
granja cafetera en Kenia.
Y se nota cómo se le cuela la nostalgia, la admiración por
esos aborígenes que sobreviven desde hace siglos en sus costumbres tribales,
sus sistemas sociales, su austeridad, su simbología sobre el amor y la muerte.
Su relación simbiótica con la naturaleza, y con la fatalidad o el albur de sus
caprichos meteorológicos.
No es la admiración incondicional de un enamoramiento ciego,
no. Yo me la figuro sentada frente a una ventana, de vuelta en su país, viendo
nevar interminablemente, días y días sin ver el sol, sumada a la frialdad de
los convencionalismos de su entorno victoriano, y extrañar la calidez de la
altiplanicia keniana y de sus habitantes.
El libro no es una novela. Es, como advierte en el título,
unas memorias. Pero eso es la traducción. Porque el título original es Out of
Africa (ella escribía en inglés). Muy sugestivo. Out of Africa, fuera, sin
Africa, expulsada por un raro destino de esa Africa que había llegado a amar.
En sus relatos no se concentra en lo maravilloso de su fauna
o vegetación. No es un libro de aventuras de alguien que fue de safari, ni la crónica triunfalista de un esbirro del Imperio. Tampoco –como sucede en la
película homónima- es una historia de amor con el que encarna Robert Redford
(apenas lo menciona en un capítulo).
El alma del libro es una relación humana, su relación con
kikuyus, masais, somalíes y europeos “bajo el efecto de Africa”. Una encuentro
de dos mundos que se contemplan con perplejidad.
Ella es una crítica de la sociedad de su tiempo, una mujer
avanzada para su época. Y trasplantada en Africa no asume los hábitos del
“descubridor”. Ella está sola en una granja, alejada del centro urbano y de los
europeos, teniéndoselas que entender con un capataz y sus trabajadores
africanos. Es integrarse o fracasar.
De esa interacción, de su reflexión, se va gestando una persona nueva, un libro diferente, escrito con la franqueza del que sabe que el protagonismo le corresponde a otro, a ese mundo que ahora la habita.
Hay muchos pasajes memorables. Pero para mí la magia del
libro brota en cualquier página
en que lo abra. Porque me maravilla ante todo su actitud al escribir. Su sinceridad, su honradez intelectual, podríamos decir. Podría haber escrito decenas de historias a propósito de Africa. Pero elige enfocar los reflectores en Africa misma, sin disimular su asombro, su fascinación, su sensación de sentirse pequeña y sobrecogida.
Me hace pensar cuánto nos hemos distanciado en nuestro proceso de occidentalización. Cuánto hemos ganado, y cuánto hemos perdido. Y qué distintos podemos ser los hombres a diferentes latitudes, y sin embargo seguir siendo todos hombres.
Me hace pensar cuánto nos hemos distanciado en nuestro proceso de occidentalización. Cuánto hemos ganado, y cuánto hemos perdido. Y qué distintos podemos ser los hombres a diferentes latitudes, y sin embargo seguir siendo todos hombres.
Este libro me produce ese efecto, más que otros que yo haya
leído, o pelis que haya visto. No he viajado a Africa, y la versión de Blixen
es la que prefiero tener (y no la de genocidios a machetazos, hambrunas, Sida
endémico y largo etcétera). Me ayuda pensar que el mundo que ella conoció era
más genuinamente Africa que el que yo pueda encontrar ahora.
Un gran libro. Por muchos aspectos. Para leer y volver a leer.
PD: La película me gustó mucho. Meryl Streep me parece la
actriz contemporánea más talentosa. Y en esta peli conmueve. Saludos
PD2: conocer la vida de Karen Blixen es todo un capítulo
aparte. De lo publicado en castellano no me han gustado sus Cuentos, editado
hace poco por Alfaguara. Porque son relatos nórdicos, en un estilo literario de cuento
tradicional. Me parece que eran los que ella relataba oralmente, y que luego puso por escrito.